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domingo, 5 de marzo de 2023

Pasodoble filosófico Juan Carlos Aragón

 - Libertad (El golfo de Cádiz).

Letra dedicada a la libertad de una manera muy simbólica. Dice que cuanto más silencio haya, más libre se sentirá. Ellos llevan la libertad como un crucifico y en su testamento piden que la libertad la entierren con ellos.



¿Somos realmente LIBRES?

El problema acerca de la libertad ha ocupado gran parte de las reflexiones filosóficas a lo largo de la historia. La libertad la podemos definir como la capacidad de decidir y actuar según nuestra voluntad, sin ningún obstáculo. No obstante, cualquier acto que llevemos a cabo libremente acarrea una responsabilidad sobre el mismo. ¿Qué sería del mundo si todos nuestros actos no tuvieran ciertas consecuencias? ¿Seguiría el mundo de la misma manera que en la actualidad? ¿Cambiaría algo?

Jean Paul Sartre, un gran pensador existencialista, afirma que el hombre está condenado a elegir, por lo que cada persona es responsable moralmente de sus actos. Es decir, el ser humano, está condenado porque no se ha creado a sí mismo, pero por otro lado es libre, porque una vez que viene al mundo es responsable de todos sus actos.  En este caso, lo importante es no confundir la libertad con el poder hacer lo que uno quiera. La libertad no es arbitrariedad. Todo ser humano es condenado a ser libre, es decir, condenados porque ninguno somos libres de dejar de ser libres.

No obstante, otros filósofos afirman que nuestra conducta viene determinada por los factores ambientales (sociales, culturales, familiares...) Por ello la educación que un individuo recibe, sobre todo en la infancia, es crucial para su comportamiento.

En resumen somos seres racionales libres, sin embargo al vivir en sociedad, todos nuestros actos tienen una consecuencias. Por ello, debemos actuar siempre con responsabilidad.




miércoles, 1 de marzo de 2023

¿PODEMOS JUZGAR LAS TRADICCIONES DE OTRAS CULTURAS DESDE LA NUESTRA?

 En primer lugar, transmitir que mi disertación va a tratar acerca de la cultura, un tema que a mi en especial me llama muchísimo la atención. Además, vamos a debatir diferentes puntos de vista sobre ello e incluir algunas noticias. ¿Es coherente defender que hay culturas superiores a otras por las personas que la implican o por las tradiciones que se ejecuten en ella? ¿Se desprecian ciertas culturas por su manera de ver el mundo?

Todas estas preguntas, nos hacen abrir la mente y reflexionar, pero..., ¿y qué es la cultura? La cultura "es ese complejo conjunto que incluye el conocimiento, las creencias, las artes, la moral, las leyes, las costumbres y cualesquiera otras aptitudes y hábitos adquiridos por el hombre como miembro de la sociedad". No solo es esto, sino que también, la cultura es la respuesta adaptativa propia de cada uno de los Seres Humanos, y es la naturaleza que nos ofrece a cada especie el equipamiento para acoplarse al medio donde vivimos.

Ahora cabe destacar que NINGUNA CULTURA ES SUPERIOR A OTRA, como afirma el relativismo cultural; una cultura sólo se puede juzgar en función de sus propios criterios. Esto es un concepto difícil de ejecutar y nuestro choque cultural comienza demasiado pronto, como por ejemplo expatriados a otro país. De esta forma, el etnocentrismo que llevamos dentro empieza a envenenar nuestra actitud hacia el nuevo destino.

En nuestra sociedad actual es muy común y demasiado normal juzgar las diferentes prácticas culturales. Como seres racionales, estamos constantemente haciéndonos preguntas acerca del por qué de las cosas, es decir, de todo lo que ocurre, lo que vemos o lo que vivimos. Por todo esto es natural que, ante cualquier tradición o práctica llevadas a cabo en otras culturas, afloren en nosotros sentimientos de desprecio o bienestar según sen o no acordes a nuestras creencias. Por ejemplo, la prohibición del consumo de cerdo en los musulmanes: ¿es un aspecto positivo o negativo?¿es atractivo?. La ingesta de las cenizas de los seres queridos tras fallecer que llevan a cabo los habitantes de la tribu Yanomani en Brasil ¿tiene sentido esta costumbre para honrar a los difuntos?

En el siglo en el que nos encontramos, cualquier persona que haga uso de su razón, sabe que debemos aceptar cualquier práctica cultural sí o sí, aunque nos parezca la más estúpida tradición, ya que en su lugar de origen, tiene una gran importancia sobre sus practicantes. Sin embargo, el relativismo cultural, nos hace un pequeño énfasis en la siguiente oración : ¿Pero de verdad debemos tolerar todo, desde las torturas hasta el canibalismo? Como bien dice, la realidad es que no todo se puede aceptar. En nuestra vida, debemos aprender a distinguir las prácticas que tolerables, es decir, que no hacen mal a nadie (como ya insinuó Hipócrates con su frase "primum non nocere"), y las que por su crueldad, debemos erradicar y condenar.

La antropóloga Carolyn Fluehr-Lobban la cual es especialista en las culturas de Sudán , nos cuenta su propio testimonio personal al que se tuvo que enfrentar en dicho país. ¿Era ético observar, sin promover acciones para conseguir un cambio en la sociedad, la mutilación genital de las niñas? Esta práctica es una intervención absurda que causa la muerte en miles de niñas anualmente, una cifra que deja boquiabierto a cualquier persona que no está involucrada en dicha cultura. La antropóloga se escondió tras su relativismo cultural, hasta que finalmente, reflexionó y concluyó que es un enfoque útil siempre que no hagan daño a las persona. Esta mujer concluyó: "Hay daño cuando hay muerte, dolor, discapacidad, perdida de libertad o de placer que resulte del acto de un humano hacia otro".

Actualmente en nuestra sociedad hay un repunte de casos de guerra, violencia, asesinatos y conflictos varios, los cuales por desgracia están incrementándose en los últimos años y tristemente, que están siendo acogidos en nuestra cultura como parte de la normalidad. Habitualmente, surgen como consecuencia de diferentes ideales religiosos y/o políticos. Podemos poner millones de ejemplos, uno muy destacado y que inundó todos los medios de comunicación es el del jugador de fútbol iraní condenado reciente a muerte por defender públicamente los derechos de la mujer.

Para finalizar, propongo como reflexión personal que antes de juzgar para bien o para mal las numerosas prácticas y creencias culturales con las que vamos a convivir, tanto dentro como fuera de nuestro país, hay que medir previamente las repercusiones que tendrán en la sociedad. Si una costumbre no conlleva desenlaces tales como la muerte o perjuicios para la sociedad o partes de ella, se convertirá en una diferencia que debemos conocer, comprender y sobre todo aceptar, sin que se produzca ninguna violencia ni opresión intermedia; añadiendo que estas diferencias pueden permitir un enriquecimiento cultural y un clima de convivencia envidiable a nuestro alrededor.